Cocido

Una de las mejores formas de sobrellevar el frío durante el invierno es zampándote (así, tal como suena), un buen plato de cocido.

Este plato tan tradicional tiene diversas variantes y denominaciones dependiendo del lugar donde se prepare (cocido madrileño, pote asturiano, pote gallego, puchero, etc.).

La versión de Cocido que hoy te presentamos es la catalana, conocida como “Carn d’Olla”. La carn d’olla es la segunda parte de una comida que, al completo, es la “Escudella i Carn d’Olla”, del que la escudella es una sopa hecha con el caldo y una pasta, que se toma de primero y carn d’olla, el resto de ingredientes sólidos, que constituyen el segundo plato. Como quiera que este segundo plato ya es, de por sí, muy consistente, hoy nos limitaremos al mismo y dejaremos de lado la sopa o escudella.

Aunque haya tantos tipos de cocido, el denominador común de todos ellos es la cocción en olla de unos ingredientes básicos: legumbres, verduras, carnes y embutidos.

La preparación tradicional suele ocupar varias horas, ya que además de preparar todos los ingredientes que se irán incorporando a la olla en diferentes fases de la cocción, ésta es de larga duración, tanto para lograr el “punto” de los componentes más resistentes, como para favorecer la concentración del caldo.